lunes, 23 de marzo de 2009


Entré en mi habitación y al poco rato noté un chasquido en la ventana, me asome, y noté como la velocidad del viento había aumentado en lo que había tardado en subir a mi cuarto, ahora las hojas eran azotadas por el viento con una brutal furia contenida, las sillas del porche de la derecha de la entrada, danzaban una singular coreografía a ritmo de la ventolera y así multitud do objetos que a mi alrededor parecían estar celebrando una fiesta.

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