sábado, 28 de marzo de 2009

....Ya han pasado unos meses desde entonces, y mi vida no ha mejorado. Para expresar mis sentimientos ahora mismo, podría decir que estoy sumida en la oscuridad de un agujero negro del que no creo poder salir.

Sonó el timbre del fin de las clases, y junto a el, el sonido simultaneo de todos nuestras canastillas, chocando contra las mesas, y nuestros pasos alejándonos, desalentadas, sin ganas de vivir. Tocaba salir a hacer la comida a las monjas, esa tarea no gustaba nada a ninguna de nosotras, teníamos que salir a la cocina de la vieja casa, detrás del huerto del cementerio.

Las guardesas nos hacían trabajar hora tras hora, día tras día, mes tras mes.

Entrábamos en grupos de cuatro.

-Laia, Cristina, Carmen y Paula extender los brazos. Nos dijo Monyt, así se hacía llamar la guardesa.

Nos colocó unas vendas en los codos, para no quemarnos en los negros y ardientes fogones. Luego a cada una le daba un objeto o un ingrediente.

En este caso, a Laia, le entregó un cubo, para recogen las patatas, a Cristina una espátula de barro, a Carmen una hoya ¿ y a mí ?, a mi no me dió más que una órden:

Ana Bear Rados

Modelos:Ana Galán y Bárbara Clemente

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