....De cuando en cuando, notaba el pinchazo de la aguja atravesando la primera capa de la piel de mi dedo índice, me hacía sentir viva, me hacía volver a este mundo.
En esa época yo tenía 9 años, acababan de morir mis padres, y una mañana d, me trasladaron a ese convento. Al principio, al ver esos grandes jardines, al oler las más puras y naturales esencias de los frutales, al sentir en mis pequeños piececitos la mullida hierva de la primavera, pensé que todo me iba a ir bien, que todo mi dolor, que no era poco, iba a desaparecer con el tiempo, que se habían acabado por fin mis penurias, mis sacrificios, y esas horribles tardes llorando bajo el alcornocal del patio trasero de mi casa.
ANA BEAR RADOS
Modelo:Ana Galán
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