martes, 13 de octubre de 2009

Vidiago, Asturias




[...]Bailamos un largo rato, yo cada vez estaba mas emocionada, el cada vez se acercaba más a mi, seguíamos bebiendo, pero yo me sentía sobria, sentía que era dueña de todos mis actos y mis emociones, asique no me preocupé. Me quedé pensativa un largo rato mientras bailábamos y me besó. Noté su aliento frío, sus labios suaves, la sensación de cosquilleo volvió más intensa que antes, sabía que debía parar, alejarme, por Nuh, por nuestra amistad. Mi cabeza me mandaba parar pero mi cuerpo y mi corazón quería seguir, necesitaba de esos besos para seguir respirando, necesitaba el sustento de su cuerpo para mantener la cordura. Notaba los ojos de toda la fiesta pegados a mi cogote, sentía las miradas asesinándome de Nuh, escuchaba los cuchicheos, hasta que Adán me beso mas fuerte y me susurro al oído: Creo que me he enamorado de ti. En ese momento las paredes desaparecieron, ya no estaba sobre el suelo enlosado, ahora volaba, envuelta en fantasías, un halo de luz nos abrazaba,, solo existíamos los dos, era el cielo. El corazón amenazaba con salirse chocaba contra mi pecho enloquecido, el estomago giraba y en mi cabeza una sensación psicodelica, sus besos la mejor droga.[...]


Ana Bear Rados

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